LA DESOLADA


Ay! Luna roja, no llores
No vengas a avisarme que has caído en la trampa de tus desvelos
Que valientes intrépidos y perfilados deseos
Acudieron a tu llamado como corpóreos animales que arrasan
Las salidas hacia tu propio entierro
Luna roja no llores, ven acurrúcate en los marginales desvíos de tu propio cielo
Lloras impacientes gotas amarillas refugiadas en la selva narcótica donde iluminaste aquél día a esos locos amantes que hicieron del amor una melodía desdeñosa desaprovechando los días, traicionando la magia del encuentro
No llores luna roja, ilumina con tus destellos de plata a los que merecen consuelo.

No hay comentarios: