Las muertes de Olga Orozco

Tal como se anuncia en el título y se explica con mayor detalle en el primero de ellos,
 el cual funciona como obertura de los demás, cantan la muerte en sus múltiples posibilidades y encarnaciones. (La unidad temática que vincula a los diecisiete poemas).
Una especie de mitología contemporánea, lo cual implica reconocer a las criaturas elegidas una especial capacidad ejemplarizadora, que les permite erigirse en arquetipos de un destino abierta u ocultamente compartido por todos en tanto que hombres. Ya que precisamente eso es el mito: una figuración en la que podemos reconocernos e identificarnos. Y tal identidad está afirmada en el primer poema cuando se dice “sus muertes son los exasperados rostros de nuestras vidas”
Ahora bien, cabe preguntarse por qué lo son? La misma poeta responde por que “ su destino, fue fulmíneo como un tajo” y  “sólo acataron una ley más ardiente que la ávida gota de salmuera”, es decir, que fueron ellos mismos hasta el límite, cumpliendo con su ley interior sin esas concesiones que constituyen la trama de nuestros días y el costado más vergonzoso de la condición humana.
Pero ellos no transaron, por eso alcanzaron un absoluto negado por el hombre común, el cual adopta tantas formas como personajes desfilan en el libro: el absoluto amor traicionado de Carina, el del mal sin concesiones y asumido como implacable ascesis de Maldoror, el de la soledad y la orgullosa prescindencia ( abstracción) en Bartleby, el de la voluntad tan fervientemente mantenida que logra imponerse a la muerte en Carlos Fiala.
El acceso a ese absoluto, sin embargo no es gratuito sino que precisamente se alcanza a través de la muerte. Una muerte celebrada por la poeta y que, en consecuencia no se plantea como acabamiento o disgregación, sino, cómo aquello que permite superar la contingencia, simbolizada por el “sueño”, “la paz”, “los infames lechos vendidos por la dicha”.La oposición en este caso se da entre lo absoluto y la contingencia frente a la cual la muerte abre una trágica zona de dignidad para el hombre. Una muerte elevada al nivel de opción heroica, deslumbrante y prestigiosa, en tanto rompe con la mecánica disgregadora de la temporalidad, por que destruye las grandes apetencias espirituales y reduce todo a mezquina pequeñez..
He dicho heroísmo y creo que es la palabra más exacta que sintetiza la actitud espiritual del libro.
Heroísmo metafísico pues nace de una rebelión feroz ante las limitaciones y un fervor maravillado frente a los gestos extremos del hombre. Heroísmo que contrasta con el tono nostálgico. 



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