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Anoche sucedió este evento, realmente muy positivo y cálido.
Aqui les dejo un fragmento.
640
Al muerto, en un pajonal
había tratao de enterrarlo.
Y, después de maniobrarlo,
lo tapé bien con las pajas,
para llevar de ventaja
lo que emplearan en hallarlo.
641
En notando nuestra ausencia
nos habían de perseguir
y, al decidirme a venir,
con todo mi corazón
hice la resolución
de peliar hasta morir.
642
Es un peligro muy serio
cruzar juyendo el desierto:
muchísimos de hambre han muerto,
pues en tal desasosiego
no se puede ni hacer fuego
para no ser descubierto.
643
Sólo el albitrio del hombre
puede ayudarlo a salvar;
no hay auxilio que esperar,
sólo de Dios hay amparo:
en el desierto es muy raro
que uno se pueda escapar.
644
¡Todo es cielo y horizonte
y el inmenso campo verde!
¡Pobre de aquel, que se pierde
o que su rumbo estravea!
Si alguien cruzarlo desea
este consejo recuerde:
645
Marque su rumbo de día
con toda fidelidá;
marche con puntualidá,
siguiendoló con fijeza,
y, si duerme, la cabeza
ponga para el lao que va.
646
Oserve con todo esmero
adonde el sol aparece;
si hay neblina y le entorpece
y no lo puede oservar,
guárdese de caminar,
pues quien se pierde perece.
647
Dios les dió istintos sutiles
a toditos los mortales.
El hombre es uno de tales,
y en las llanuras aquéllas
lo guían el sol, las estrellas,
el viento y los animales.
648
Para ocultarnos de día
a la vista del salvaje
ganábamos un paraje
en que algún abrigo hubiera,
a esperar que anocheciera
para seguir nuestro viaje.
649
Penurias de toda clase
y miserias padecimos …
varias veces no comimos
o comimos carne cruda
y en otras, no tengan duda,
con ráices nos mantuvimos.
650
Después de mucho sufrir
tan peligrosa inquietú,
alcanzamos con salú
a divisar una sierra
y al fin pisamos la tierra
en donde crece el ombú.
651
Nueva pena sintió el pecho
por Cruz, en aquel paraje,
y en humilde vasallaje
a la majestá infinita,
besé esta tierra bendita
que ya no pisa el salvaje.
652
¡Al fin la misericordia
de Dios nos quiso amparar!
Es preciso soportar
los trabajos con costancia:
alcanzamos a una estancia
después de tanto penar.
653
Áhi mesmo me despedí
de mi infeliz compañera.
"Me voy -le dije- ande quiera,
aunque me agarre el gobierno
pues, infierno por infierno,
prefiero el de la frontera".
654
Concluyo esta relación,
ya no puedo continuar.
Permitanmé descansar;
están mis hijos presentes
y yo ansioso porque cuenten
lo que tengan que contar.